Las relaciones en el trabajo
Hola,
En artículos anteriores te he hablado de algunos puntos de especial importancia para las relaciones en el trabajo, para la motivación laboral. Hoy te invito a observar un matiz, que a mi modo de ver es necesario comprender si queremos mejorar nuestras relaciones en general, y en el trabajo, en particular.
Permíteme, antes que te comparta cuál es ese paso importante para la comprensión del tema, un experimento que realizó el economista Werner Güth en la Sociedad Max Planck, llamado el “Juego del ultimátum”. Consiste en que dos personas que no se conocen y no se ven (están en habitaciones distintas). Se tira una moneda para asignar los papeles de Emisor y Receptor, y luego se explican las reglas del juego.
El Emisor recibe 10 dólares (en billetes de a uno) ofrece una parte cualquiera al Receptor (de 0 a 10 dólares). Entonces el Receptor decide si acepta la cantidad. Si es afirmativo (es decir, acepta lo que el Emisor le ha dado), cada uno se queda con la parte correspondiente, decidida por el Emisor. Si no lo acepta, ni uno ni otro recibe nada.
¿Cuánto ofrecerías si fueras el Emisor? Según la lógica del interés personal ambos aspirarían a maximizar sus beneficios. Esto es, el Emisor ofrecería no más de un dólar, el Receptor debería aceptar la oferta porque un dólar es más que ninguno.
En el experimento, por lo general, la oferta era aproximadamente de la mitad, quizás atendiendo más a la equidad (fíjate, incluso entre personas desconocidas y que no se verían siquiera); y en el caso en el que el Emisor decidió ofrecer 1 ó 2 dólares, el receptor rechazó la oferta y prefirió quedarse sin nada, al sentirse irritado y sentirse tratado de manera injusta.
¿Qué pasaría si la cantidad de dinero por la que jugaran fuera superior, es decir se tratara de miles de dólares? o ¿Qué pasaría si en vez de jugar con una persona fuera una máquina de juego? ¿Le devolverías el dólar?
Llegado a este punto, estarás listo para comprender, el paso para mejorar nuestras relaciones en el trabajo y de manera general: y es la percepción objetiva de la situación. Al final, como ves, es un juego de percepciones.
Si ante un desconocido que quizás no vuelvas a ver, la tendencia es a la equidad, por qué no ofrecer el beneficio de la comprensión de tu propio proceso, y el de tus compañeros de trabajo. El factor emocional funciona en estos casos como detonador más que el hecho en sí mismo. En resumidas cuentas, conectar con lo que verdaderamente desencadena el “malestar” ayuda a crecer y a entrenarse en tal sentido. Créeme que, incluso esos momentos no agradables, y tensos pueden ayudarte a comprenderte y aprender a responder de otra manera.
¿Mi invitación?: Que conectes con una percepción más objetiva, y en el peor escenario, tienes una oportunidad para crecer desde el punto de vista personal. Al final nadie puede ofenderte si tú no le das ese permiso. Pueden quitarte cualquier algún objeto material, pero de tu estado interno, tu alegría, tu ilusión … solo tú eres dueño.
Si has vivido o estás viviendo puntualmente, un malestar en las relaciones de trabajo, identifica cuál es tu verdadero “dolor”, que hay allá en el fondo. Como decía Pablo Neruda:
“Podrán cortar todas las flores, pero no podrán cortar la primavera”.
Conecta con tu Primavera, y desde ahí, date permiso para establecer relaciones en el trabajo, que sean saludables. Cuenta más abajo en COMENTARIOS, alguna experiencia que conozcas al respecto, y como lo verías bajo una nueva percepción, más saludable.
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Un cordial saludo,
Rosalia Peña Sarmiento.