Hola,
Hace poco una exalumna en un mensaje privado, me hablaba de su poca motivación para el trabajo, y la identificación del miedo al rechazo. Y como sé que es un tema más común de lo que imaginamos, le contesto desde aquí, y a la vez aprovecho para que identifiques dónde estás tú también al respecto.
Ante todo, quiero que sepas que en mayor o menor medida, en uno u otro momento de nuestra vida, hemos vivido ese miedo al rechazo, y ello repercute no solo en nuestras relaciones, nuestros resultados, sino también en nuestro bienestar y nuestra salud. Con lo cual es un tema que no es privativo de una persona, de hecho es una de las causas más comunes de la ansiedad, por lo que conviene prestarle la atención necesaria, y no basta con identificarlo, reconocerlo- que de hecho es un gran paso; sino también afrontarlo individualmente o con ayuda.
Efectivamente, y tal como comentaba esta persona, el miedo al rechazo tiene unas consecuencias también en la motivación para el trabajo. Y ello abarca un gran abanico de impactos, desde la persona que se presenta a una entrevista de trabajo, como la disposición para las tareas, la ejecución y productividad, para colaborar, para expresar tu inteligencia, para dirigir proyectos, para liderar. En fin, tiene un efecto limitador considerable, que bloquea tus capacidades y muchas veces, estimula una expresión defensiva y no precisamente tu mejor versión como persona.
Y antes de darte unos puntos que te pueden ser útiles en la práctica para la motivación personal en el trabajo y afrontar el miedo al rechazo, permíteme que te hable de su fundamento neuronal. Según M. Liberman yNaomi Eisenberger- citado por Goleman en su libro La Inteligencia social, el rechazo evoca un amenaza primordial para el cerebro, que recuerda el hecho de que la integración en un grupo era esencial para la supervivencia del hombre prehistórico, donde la exclusión podía implicar una sentencia de muerte. Según estos investigadores, el centro del dolor pudo haber desarrollado esta sensibilidad a la exclusión social, como una señal de alarma que muy probablemente estimula la necesidad de recompensar la relación amenazada.
Tal como afirman estos investigadores, en el caso de la sensación de rechazo, se activa la misma región de cuando experimentamos un daño físico. Y no es de extrañar, por tanto- como afirma Goleman que las amenazas de abandono, separación o rechazo discurran a través de lo mismos circuitos cerebrales porque , en un tiempo, fueron auténticas amenazas- hoy simbólicas- a nuestra supervivencia física.
Afortunadamente, y a pesar, de lo antes expuesto, a mí me satisface pensar que esa «alerta de amenaza», puede a la luz de nuestro conocimiento y potencialidades usarse de otra manera. Afortunadamente, tenemos recursos para ello, y en cualquier caso, podemos buscar ayuda. Conocemos incluso hasta la zona por donde discurren esos circuitos, sabemos los daños que nos ocasionan, y sabemos, sobre todo, que podemos cambiar la lectura de esas amenazas y convertirlas en oportunidades de crecimiento personal. Te propongo ahora reflexionar sobre unos puntos:
1. ¿Reconoces lo que sientes? Muchas veces, no reconocemos o no queremos reconocer que estamos ahí, sintiendo ese sentimiento de rechazo, porque el miedo al rechazo es tan fuerte o por otros sentimientos ( orgullo…) no damos crédito a lo que está en el fondo. Los sentimientos son legítimos, y también como fruto de nuestra percepción/valoración, no siempre están fundamentados objetivamente. Y esto engarza con el segundo punto.
2. ¿ Estás separando los hechos objetivos de las opiniones y los juicios; el comportamiento, de las personas? Cuando no hacemos esto nos tomamos las cosas de manera personal y negamos la posibilidad del tercer punto que te estaré comentando. Tal vez estés cometiendo errores, hayas actuado con torpeza en una situación concreta, y por ello pienses que las otras personas se han formado una terrible opinión de ti. Y en la mayoría de los casos, no es exactamente así. Es más yo diría, que las personas con mayor desarrollo personal, las que puedes modelar, por lo general tienen la flexibilidad necesaria para comprender a los demás y ver más allá de la conducta en cuestión.
3. ¿ Te estás abriendo al aprendizaje y al cambio? Muchas veces. los puntos anteriores o un fuerte anclaje a esa sensación de rechazo, entre otros aspectos, impiden abrirse al cambio, a conectar con esa áreas de mejora, y a expresar auténticamente quien eres. Y no es extraño que desde esa posición de cierre, no veas efectivamente, ese por ciento real, que los otros están demandando que hagas consciente y cambies, ya no solo para que se revierta en la motivación para el trabajo, en el caso del colectivo profesional, sino también por ti mismo.
4. ¿ Cómo estás interpretando las señales que dan los otros? Tanto si eres presa de ese sentimiento de rechazo, como si ves a alguien en tu equipo de trabajo , que está sufriendo por este motivo, qué estás viendo en los otros. ¿ Estás centrado en las conductas externas y en las consecuencias que trae para la motivación en el trabajo? ¿ O estás mirando más allá, en lo profundo en lo que está demandando esa posición? A veces, es cuestión de empatía primordial ( capacidad de las personas para detectar las expresiones emocionales de los demás), otras va más allá, a la comunicación, la actitud de servicio hacia los demás, de compromiso con el colectivo y lo que une, o un sinfín de razones que en la dinámica diaria no vemos, no sabemos qué hacer con ellas o aún viéndolas hacemos caso omiso.
5. ¿ Hay que gustar a todas las personas? Prepararse para aceptar que no es exactamente así, es un punto importante del desarrollo personal. Por otro lado,» la sensación de inclusión- como afirma V. Bissonette, citado por Goleman, no depende ni del número ni de la frecuencia de los contactos sociales, sino de lo reconocida y aceptada que se sienta, aunque sea por unas pocas personas claves». ¿ Cuáles son esas personas claves? ¿ Que está impidiendo objetivamente que seas aceptada o reconocida por esas personas? Y en cualquier caso, aprende a recibir noes, y a saber que eres valioso, en sí mismo, más allá de lo que los otros expresen.
6. ¿ Qué vas a hacer a partir de ahora?
Independientemente de donde estés al respecto de esta temática, piensa cuánto está repercutiendo en tu motivación para el trabajo, en tus relaciones, en tus resultados. Es una cuestión a la que debes prestar atención. Empieza por ayudarte a ti mismo, y dar el primer paso, o busca ayuda profesional. A veces es cuestión de gestión emocional, de darte un tiempo para tu desarrollo personal integral.
Y finalmente, piensa,¿ Cómo sería tu vida, tu motivación para el trabajo, tu disposición para crear,tus relaciones, cómo te tratarías y tratarías a los demás…, si no tuvieras miedo al rechazo? ¿ Qué estarías pensando sobre ti mismo y los demás? ¿ Qué estarías sintiendo? ¿ Que estarías haciendo diferente? Deja un comentario más abajo, por favor, y/o reenvía este contenido a quien creas que lo necesite.
Hasta muy pronto y por tu crecimiento y cambio saludables, Un saludo,
Rosalia Peña Sarmiento
www.rednovasaludable.com