
Trabajo, tal vez sea una de las palabras más expresadas, pensadas y polisemánticas de nuestros días.
El significado que tiene para cada uno, para un grupo, una cultura determinada, constituye una guía para la acción. Dado el papel relevante que ha tenido el trabajo en las diferentes épocas, voy a compartir algunas pistas a la luz del proceso de cambio en que vivimos.
Desde el punto de vista etimológico trabajo proviene– según la mayoría de los estudios, de la voz latina tripalium, que era un yugo formado por tres palos donde apaleaban a los esclavos que trabajaban en el campo. Poco a poco se perdió la asociación con ese yugo y de alguna manera se quedó la idea asociada al sufrimiento, dolor.
Se sabe que la experiencia del trabajo ha ido llevando y pasando a nuevos sentidos. Así en el texto el papel del trabajo en la transformación del mono en hombre y apoyado en la teoría Darwinista- se afirma que “Primero el trabajo, luego y con él la palabra articulada, fueron los dos estímulos principales bajo cuya influencia el cerebro del mono se fue transformando gradualmente en cerebro humano…Y a medida que se desarrollaba el cerebro, desarrollábanse también sus instrumentos más inmediatos: los órganos de los sentidos”…
¿Qué sentido ha tenido el trabajo en diferentes épocas, ya de apertura y auge económico, o en momentos de depresión? Y, ¿cuál ha sido la respuesta, al respecto?
¿Qué sentido puede tener hoy para un medico[1], un científico un constructor, una maestro, un pintor, un funcionario, alguien que está buscando un empleo… para ti al día de hoy?
La propia experiencia individual y colectiva va elaborando esos nuevos sentidos.
Por ejemplo, cuando oyes la palabra trabajo, ¿en qué piensas tú, que sensaciones sientes, qué sentido tiene para ti?
Cuándo te levantas y te preparas para ir al trabajo, ¿qué te dices o qué no te dices? ¿Cómo ello influye en el día, en tu productividad?
¿En qué estás enfocando tu atención?: ¿En lo que tienes en o a través del trabajo? ¿En lo que te falta? ¿En el presente? ¿En el futuro? ¿En que alguien te puede o te tiene que dar trabajo? ¿En que tú te lo puedes crear? ¿En un trabajo cerca de casa, desde casa, o más allá de lo límites de donde vives? ¿En un trabajo que te gusta y te hace feliz? ¿En un trabajo que te da el dinero para las facturas? ¿En un trabajo en el que puedes crear y crecer? ¿En un trabajo que ya conoces y lo tienes casi todo visto? ¿En un trabajo para toda la vida? ¿En un trabajo que se reúna cada día con tu pasión, con lo mejor de ti?
Las respuestas que des a estas preguntas y muchas más, te dirá dónde estás, cuál es el sentido que tiene para ti, cómo te estás moviendo o no profesionalmente. Si lideras un equipo, piensa o indaga cuál sería la respuesta de cada uno de los integrantes de tu equipo. Y encontrarás pistas que pueden estar relacionados con los resultados de hoy.
¿Qué ideas acerca del trabajo, estamos trasmitiendo como educadores, que somos todos: padres, maestros instituciones…, a las nuevas generaciones?
¿Qué dices en general sobre tu trabajo a tus amigos, compañeros, familia…, observa incluso tu cuerpo, qué siente cuando expresas la palabra trabajo?
Y finalmente, ¿cómo afecta todo ello a tu vida en general, tus procesos de cambio y crecimiento, tus resultados? Gran parte de nuestra vida la pasamos tanto en formación para la vida laboral como en ejecución de la misma. ¿Acaso no es una razón suficiente para asociarlo más al placer que al dolor, para revisar nuestros paradigmas y hacer los cambios necesarios?
El mundo de hoy precisa una respuesta diferente para que siga abundante, para crecer de manera saludable. Y todo empieza en cada uno de nosotros. Y, ¡qué bueno si lo aprecias, si ves que juntos se puede llegar más lejos!
Puede que en este preciso momento tengas una idea más clara y diferente de dónde estás, y tu cerebro ya esté buscando nuevas respuestas. ¡Qué bien si es así, si eres parte ya de los cambios positivos!
Por favor, deja tus comentarios en esta entrada. Cuenta dónde estás, qué precisas, cómo lo ves tú. ¡Gracias anticipadamente!
Rosalia Peña sarmiento.
[1] Utilizo el término masculino como genérico de femenino y masculino.