Cuando de relaciones se trata a menudo se buscan estrategias, técnicas, fórmulas “mágicas”. Si revisas la literatura encontrarás no pocos libros que abordan la temática de las relaciones. Asimismo, cuando abordo el tema en el ámbito profesional, muchos me piden “la receta”. Hoy comparto una pregunta básica que me ha ayudado a mí misma y también a alumnos y conocidos que van asumiendo su propia vida como actitud.
Pero antes déjame que te cuente qué hay en la base de las relaciones.
Que estamos programados para conectar con los demás, ha sido uno de los mayores descubrimientos de la neurociencia. Todo ello se recoge en lo que se estudia hoy como “cerebro social, y que consiste según Goleman, “en el conjunto de los mecanismos neuronales que orquestan nuestras interacciones… la suma de los pensamientos y sentimientos que tenemos acerca de las personas con las que nos relacionamos”.
Ya no sería una cuestión de altruismo o deseo de ayudar y hacer el bien, sino también un objetivo para el autocuidado y la vida saludable. Según el propio autor la “neuroplasticidad” del cerebro explica asimismo el papel que desempeñan las relaciones en la remodelación de nuestro cerebro, lo que significa que las experiencias repetidas van esculpiendo su forma, su tamaño y el número de de neuronas y conexiones sinápticas.
De modo que la manera en que nos relacionamos- y ala luz de la neurociencia- cobra hoy una importancia insospechada. Y aunque puede parecer que estamos a merced de los otros, en realidad, lo que ello nos permite observar es que en cualquier caso tenemos el poder de transitar uno u otro camino, de elegir qué relaciones cultivar.
Y en ello tiene mucha importancia la mirada que damos a nosotros mismos. Y he aquí, una de las preguntas básicas: ¿quién soy?
Tu respuesta te ubicará en un espacio/ tiempo, en unas u otras interacciones. Y tal vez no te sea fácil responder hoy a esa pregunta. No es para que des una respuesta definitiva, sino para que la elabores y construyas. Tal vez estés pensando en una imagen, en una acción, en un proceso, en tu propósito de vida, en la suma de varios elementos… Tienes una oportunidad entonces, de autodescubrimiento de tu eje más vital, y una posibilidad de ajuste de tus procesos.
Sé consciente ahora, de cómo estás expresando ese eje en tus relaciones profesionales. Tal y como nos vemos/ apreciamos- consciente o inconscientemente, así establecemos unas u otras relaciones con los demás.
Sé consciente de aquello en lo que te estás enfocando en las relaciones profesionales y echa un vistazo a qué pasa dentro de ti.
Al final, tienes en ti una posibilidad y responsabilidad extraordinarias. Y cuando esto llega a comprenderse y asumirse, una nueva y gran perspectiva se abre.
¿Te atreves a dar un primer paso hoy? ¿Cuál sería? Comparte tu apreciación, por favor, más abajo, en Comentarios. Tú puedes estimular a otros a encontrarse, a la vez que sentirte que estás acompañado en el camino.
¡Hasta pronto!
Rosalia Peña Sarmiento.
Lo menos que imaginé, era que tenía que conocerme primero, creo que de hoy en adelante, voy aprender mucho con rednova, pensé que la base de las relaciones estaba en la forma de tratar a los demás.
Hola, Dariana, Bienvenida a la Comunidad de Rednova. En cada interacción con los demás ofrecemos una parte nuestra. Te invito a observar que parte de ti está manifestándose en cada momento. Es un ejercicio poderoso. Vuelve, este es tu espacio.
Un saludo,
Rosalia.
Muy interesante descubrimiento. Las relaciones son un reflejo de nosotros mismos. Cuando hablamos de alguien en realidad hablamos de nosotros mismos. Y sí ,según nuestra autoestima nos interrelacionamos de forma diferente. Según cómo nos miramos a nosotros mismos miramos a los demas
Sí, cada dia se nos entrega un folio en blanco para escribir nuestro día. Tomar consciencia de cómo nos relacionamos cada día con nosotros mismos puede ser un ejercicio de partida. Y también identificar el grado/ parte de responsabilidad del estilo y tipo de relaciones que establecemos un buen punto para la reflexión y hacer algo difernete si fuera necesario.
Un saludo,
rosalia.