Stephen Covey, uno de los más grandes emprendedores y motivadores ha dicho adiós recientemente. Estaré compartiendo en este Blog conceptos e ideas suyas que me han inspirado, ayudado a reflexionar y cambiar a lo largo de años. En esta oportunidad, y como sencillo homenaje y gratitud por su obra, te presento el tema de la proactividad, el primero de los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, descrito en su libro homónimo. ¡Y qué bueno si algo de positivo se mueve en ti!
El término proactividad es ya común en los textos de dirección de empresas. Me alegro si ya conoces su esfera de actuación, si estas aplicándolo a tu vida; tal vez lo hayas escuchado y no lo tengas muy claro o tal vez es la primera vez que lo escuchas. En cualquier caso, deseo que comprendas su esencia y las ventajas de su aplicación.
La proactividad como capacidad va más allá de tomar la iniciativa ante una actividad en cuestión («pro», preposición griega: pro-, que significa ‘a favor de’, y «actividad», ‘eficiencia de obrar’). Es la capacidad de autorresponsabilizarnos por nuestra vida. Y por tanto, nuestros comportamientos y conductas están en función de nuestras decisiones y no de nuestros condicionamientos.
Desde esta perspectiva de Covey, ser proactivo es el hábito de la responsabilidad, responder con habilidad. Esto es, habilidad para elegir la respuesta. Las personas proactivas reconocen esa responsabilidad (..) Su conducta es un producto de su propia elección consciente; se basa en valores, y no es producto de las condiciones.
Y me gusta lo que acota seguidamente este autor: “si nuestras vidas es-tan en función del condicionamiento y las condiciones, ello se debe a que, por decisión consciente o por omisión, elegimos otorgar a esas cosas el poder de controlarnos”. Y entonces el comportamiento es reactivo.
De modo que las personas que se expresan con reactividad se ven también afectadas por el ambiente social, por el «clima social». Cuando se las trata bien, se sienten bien; cuando no las tratan bien, se vuelven defensivas o autoprotectoras. Las personas con gran reactividad construyen sus vidas emocionales en torno a la conducta de los otros, permitiendo que los defectos de las otras personas las controlen.
¿Quiere decir que si una persona es esencialmente proactiva no se ve influida por los estímulos externos, sean físicos, sociales? No, pero la diferencia es que su respuesta a los estímulos, consciente o inconsciente, es una elección o respuesta basada en valores. Y precisamente, la capacidad para subordinar los impulsos a los valores es la esencia de la persona proactiva.
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¿Qué beneficios puede traer a tu vida la proactividad?
Dado que podría ser extenso para este artículo la aplicabilidad del concepto en diferentes ámbitos de nuestras vidas y desde esferas diferentes de actuación (Contextos comportamientos, conductas, comunicación, pensamientos… proactivos), dejo que tú llegues a tus propias conclusiones a partir de otra idea que desarrolla Covey dentro de la proactividad como hábito de la gente altamente eficaz.
Es decir, una manera de tomar conciencia de como estás aplicando el concepto es dónde te estás enfocando y dedicando tu energía Y para ello habla de dos grandes círculos.

Cada persona tiene una amplia gama de preocupaciones: la salud, los hijos, los problemas del trabajo, la deuda pública, la guerra nuclear… Podemos separarlas de las cosas con las que no tenemos ningún compromiso mental o emocional, creando un «círculo de preocupación».
Cuando revisamos las cosas que están dentro de nuestro círculo de preocupación resulta evidente que sobre algunas de ellas no tenemos ningún control real, y, con respecto a otras, podemos hacer algo. Podemos identificar las preocupaciones de este último grupo circunscribiéndolas dentro de un «círculo de influencia» más pequeño.
Ahora bien, ¿dónde te estás enfocando al día de hoy?
Las personas proactivas centran sus esfuerzos en el círculo de influencia. Se dedican a las cosas con respecto a las cuales pueden hacer algo. Su energía es positiva: se amplía y aumenta, lo cual conduce a la ampliación del círculo de influencia.
Por otra parte, las personas reactivas centran sus esfuerzos en el círculo de la preocupación. Su foco se sitúa en los defectos de otras personas, en los problemas del medio y en circunstancias sobre las que no tienen ningún o muy poco control. De ello resultan sentimientos de culpa y acusaciones, un lenguaje reactivo y sentimientos
intensificados de aguda impotencia.
Y lo peor, la energía negativa generada por ese foco, combinada con la desatención de las áreas en las que sí puede hacer algo, determina que su círculo de influencia se encoja, reduzca.
¿Y qué estaría en tu círculo de influencia la día de hoy? A medida que vayas descubriendo y actuando en ese círculo de influencia podrás cargarte y optimizar tu energía y tal como afirma Covey, se irá ampliando. Mientras que si te enfocas en el otro círculo (el de la preocupación), el efecto será contrario.
¿Te das cuenta cómo está tu vida al día de hoy? ¿Cómo serían tus resultados aplicando la proactividad a tu vida personal/ profesional? Te invito a reflexionar sobre ello, tal vez ahora mismo algo esté transformándose dentro de ti. Si es así, compártelo aquí abajo en Comentarios. Puedes inspirar a otros a través de tu reflexión.
Hasta un próximo encuentro, aquí Rosalia Peña sarmiento, al servicio de tu crecimiento y cambios saludables.
He leído su artículo y me percato que muchas veces las personas, tendemos hacemos más reactivas que proactivas, yo he sido con frecuencia más reactiva que proactiva. Desde ya le agradezco el mensaje e interiorizo su mensaje llevándolo a mi proyección diaria. Elsie
Hola, Elsie:
¡Bienvenida!Sí,efectivamente, muchas veces nos comportamos más en una u otra dirección, incluso puede haber difrencias entre uno u otro contexto. El darse cuenta es un primer gran paso, y el compromiso y la práctica de hacer algo diferente por nuestra vida, es un cambio de perspectva muy saludable. Me alegro si por ahí, encuentras también una vía para tu crecimiento.
Un saludo,
Rosalia.
Rosalia, un artículo maravilloso, no sabes lo agradecida que te estoy por compartir tanta sabiduría. Desde que tomo decisiones intento hacerlo de la forma más consciente posible sbre las cnsecuencias de ello, lo cual me hace sentirme dueña de mi vida. Por experiencia sé que no podemos controlarlo todo, un día todo te va bien, lo tienes todo, y de pronto tu vida se convierte en un infierno en cuestión de segundos.
No es esto último lo que me asusta, quizás es que confío en la vida misma más que en nada, lo que me asusta es la proactividad sin tomarla responsabilidad de nustras decisiones, de nuestros actos y de nuestras palabras…funcionar con el automático puesto. Qué importante es el AQUÍ Y AHORA!
Un abrazo muy cariñoso
Sí, Elisa, Un punto importante de la proactividad es la Responsabilidad y cuandp asumimos la vida desde ahi, se oprea un verdadero cambio, saludable.
Un saludo,
Rosalia.
Generalemnte somos mas reactivos que proactivos, aunque podemos también ser conscientes de nuestrs reacciones, lo dificil es » estar despierto» para reconocerlas.
Efectivamente, Elisa, estar despiertos y abiertos nos permite el darnos cuenta, y tomar consciencia de donde estamos. Es el paso primero para aecauzar nuestros acciones. Así que te felicito por darte cuenta y por compartir en este espacio.
Un saludo,
Rosalia.
No te preocupes tanto y ocúpate. Es una máxima de vida que he aplicado con buenos resultados. Lo que pasó ya no tiene remedio, así que coge la experiencia y sigue adelante. Para la próxima piensa antes de actuar, sé proactivo ( esa es una cualidad que no debe faltarle a nadie pero sobre todo a los choferes, que a pesar de la ingeniosa ingeniería del tránsito, deben imaginarse lo que hará el de alante)El futuro depende del hoy, y el hoy es un regalo, por eso le llamamos, PRESENTE!!. Gracias Rosalia, leyendo tus artículos voy extrapolando a mi experiencia de vida, sacando conclusiones, y así, si las escribo o comparto, es más probable las lleve a cabo como debería, je.
Te felicito, Janet. Un saludo