Hace apenas unas horas que han terminado las cuartas Xornadas internacionales de Coaching de Galicia.  Y  te estaré comentando  sobre lo que aconteció allí.  Y quiero comenzar con uno de los temas que  fue presentado en una de las mesas de experiencias: la conciliación como herramienta para el crecimiento empresarial, con el cual estoy especialmente sensibilizada pues efectivamente, aprecio su impacto en clientes particulares y colectivos laborales, e influye no solo en la motivación personal, sino también en el rendimiento de los colectivos laborales, en sus familias, en la sociedad en general.

Cuando se habla de conciliación, ¿de qué se trata?,  ¿a qué personas está dirigida?, ¿cómo afecta a las empresas?,  ¿Cómo se organiza  la conciliación en las empresas?  Estas y otras interrogantes pueden ser puntos iniciales para la reflexión.

Sobre la base de las experiencias   empresariales de los ponentes se abordó, el cómo lo viven las personas, desde  qué sentimientos, en algunos casos de culpabilidad. Y es verdaderamente frecuente este sentimiento, que genera otros sentimientos que no solo impiden un trabajo más eficaz sino también una vida más placentera y feliz. Aprecio altamente el consenso en este foro, de que  va más allá del entorno de la mujer. “La conciliación  no es para las mujeres, madres, sino para  los hombres y mujeres y las personas y sus circunstancias” – afirmaba una de las ponentes.