La velocidad de la confianza, el valor que lo cambia todo.
En estos momentos en que la desconfianza permea ámbitos cada vez más amplios, este libro es un aliento en el camino, es un grito de esperanza y fe en nuestra propia supervivencia. Toda vez que no confiamos nos estamos alejando del objeto en cuestión. ¿Qué nos caracteriza en nuestra manera de pensar, decir, hacer? ¿Cómo miramos lo que nos rodea? ¿Has perdido la confianza en alguien y desearías recuperar? ¿Sientes que alguien no confía en ti? ¿Te atreves a recuperarla?
En este libro encontrarás claves esenciales de este valor en las dimensiones personal ( confianza en sí mismo); confianza relacional; confianza de los colaboradores ( enfocada a las organizaciones hasta llegar a la sociedad).
Para mí, es un texto de cabecera, y su lectura me hizo reflexionar desde mi vida privada y familiar, hasta el Proyecto profesional que construyo, que también se erige sobre este principio. Me ha dado luz de qué hacer en algunos casos, y cierto es que este valor tiene un gran impacto en la vida.
Lo que más me ha dejado este libro es la confianza en este valor, que efectivamente, invita de inicio a fin a revisar y hacer escáner de nuestra congruencia, y también la posibilidad y validez de asumir el proceso de recuperación de la confianza en cualquier ámbito de la vida. Un optimismo pragmático, posible, necesario:
“Si ha perdido la confianza de alguien, se trata de una oportunidad para organizarse, mejorar su carácter y su competencia y mostrar conductas que inspiren confianza…
Si alguien ha traicionado su confianza, se trata de una oportunidad para desarrollar su capacidad de perdonar, de aprender a extender la confianza inteligente…”
En fin, para ti, en tus múltiples interacciones: como humano, hijo, padre, hermano, vecino, compañero, colaborador,… ciudadano, es este libro, ¡Que lo disfrutes y apliques!
Y sobre todo, cuenta aquí, en este, tu espacio de Rednova, cuál es tu experiencia al respecto, si te animas a hacer de este valor un compañero fiel, para la vida.
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Un cálido abrazo,
Rosalia Peña Sarmiento.
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