Alejandro Magno
Hola,
Hace unos días te compartía una anécdota de Alejandro Magno. Y hoy te traigo otra, también tomada de los escritos de Pancracio Celdrán (a quien admiro profundamente).
Cuenta este autor que Alejandro fue educado en la generosidad. Aquí la anécdota:
En vísperas de emprender la Conquista de Persia, repartió entre sus amigos dádivas y regalos. Como ya no le quedaba nada qué repartir, Perdicas, uno de sus generales, le preguntó, ¿Y qué has reservado para ti? Alejandro Magno, quedó pensativo y luego dijo: “La Esperanza”. A lo que repuso el fiel soldado: “Entonces, repártela entre tus generales”. Y rehusó del regalo que le había hecho Alejandro, diciendo: “Ir contigo a la conquista del mundo es sobrada recompensa”.
Y es que la esperanza, no solo es lo último que se pierde en la vida como reza la frase popular, sino también un valor que acompaña a los que llegan lejos, a los que conquistan sus sueños, a los que hacen cada día lo que hay que hacer con entusiasmo, con entrega; a los que crean, a los que cuidan de sí mismos y los otros; a los que creen en sí mismo y contribuyen desde ahí, a los que creen en los demás y les ayudan a ser mejores, a los incansables que insisten….
Para algunos, entre los que me incluyo es una dimensión ética. De lo que más disfruto profesionalmente es la posibilidad de facilitar el proceso para que personas y colectivos conecten con la esperanza, la mantengan, y articulen su acción en consecuencia.
Aprecio, asimismo, que en los colectivos laborales cuando los líderes en las distintas instancias siguen un discurso y actuación, desde la esperanza y ayudan a otros, encuentran seguidores, como aquel general de Alejandro Magno- y cosechan la abundancia.
¿Qué significa para ti la esperanza? Comparte alguna vivencia que hayas tenido o conocido en que el factor esperanza fue la clave para seguir adelante, y encauzar objetivos.
Decia Anatole France, que Nunca se da tanto como cuando se da esperanza. Mira a tu alrededor, a quien puedas ofrecerla, y te invito también a que- como Alejandro Magno, te reserves una parte para ti.
Un cálido saludo,
Rosalia Peña Sarmiento.