Frecuentemente en mis Cursos y sesiones de Coaching, las personas vienen con el objetivo no solo de logar unas metas en diferentes órdenes, sino también de desarrollar su liderazgo personal y capacidad de influencia sobre un ámbito en particular o en su vida en general.

Y es curioso escuchar las respuestas del para qué se quiere ese liderazgo personal y esa capacidad de influencia…

Y hoy te voy a compartir un punto importante que la mayoría de las personas conectan con ello, en el proceso de Coaching, y lo van asumiendo poco a poco como camino de crecimiento.

Es quizás una de las líneas que más puede ayudarnos en nuestra vida. Cuesta a veces, o en un ámbito más que en otro, pero te animo a reflexionar sobre ello. Y a darte el permiso de ponerlo en tus prioridades. Puede resultar una experiencia para escribir páginas de salud en tu vida, en las relaciones, en el trabajo….

Y te lo ilustro con una anécdota de Gandhi, ningún maestro mejor, en tal sentido.

Cuentan que una madre llevó a su hijo de seis años a la casa de Gandhi

• Le ruego, Mahatma. Dígale a mi hijo que no coma azúcar, arriesga su salud. A mí no me hace caso y sufro por él.
• Gandhi reflexionó y dijo: lo siento señora. Ahora no puedo hacerlo. Vuelva con su hijo dentro de 15 días.

Sorprendida la mujer le dio las gracias y prometió volver.

Quince días después, estaba nuevamente la señora con su niño.

Gandhi, miro a los ojos al niño, estableciendo la conexión más cálida y transparente posible y le dijo: muchacho, no comas azúcar.

Agradecida, y extrañada a la vez, la madre preguntó:

¿Por qué me pidió que lo trajera dos semanas después? Podía haberle dicho lo mismo la primera vez que vino.

A lo que Gandhi, respondió:

Hace 15 días yo comía azúcar…

Es todo por hoy, en este tema de tu liderazgo personal y tu capacidad de influencia. Puedes dejar tu comentario más abajo.

Un cordial saludo,

Rosalia Peña Sarmiento

Formadora y Coach