Soledad

Hola,
A menudo escucho a personas en general, y profesionales en particular que, por diferentes razones llegan al tema de la Soledad. En los cursos de crecimiento personal que imparto, me he dado cuenta de que este sentimiento invade la vida de personas de diferentes grupos etáreos, y no precisamente, en su sentido más positivo. Por eso, y por la conversación que tuve hace poco con alguien, presa de este sentimiento, escribo hoy sobre la Soledad, en aras de que pueda servir a otros. ¿Es en realidad la soledad- tan mala consejera- como reza en una canción popular?
Voy observando el proceso que personas siguen cuando viven el sentimiento de soledad no elegida, al menos voluntaria y conscientemente. A veces, he escuchado el testimonio del ejecutivo, que se siente solo, y desde ahí con poco poder para llevar adelante proyectos, equipos; y también la soledad del empleado, del padre/ madre, del hijo, de los abuelos, del joven, del anciano…
No es de extrañar- tal como comenta Wayne Dyer, en este breve video que he elegido para introducir este tema, que para la Madre Teresa era tan importante, que alguien que quisiera ayudar a su obra, saliera y convenciera a cualquier persona de que no estaba solo.
Cuando alguien se siente solo ante algo experimenta- aunque sea, por momentos una desconexión del todo, de aquello de lo que es parte. Quiere decir, que de algún modo subyace también un sentimiento de exclusión, y en ocasiones, de autoexclusión. Y bien sabemos que esto no solo afecta a la persona en sí, sino a todo el sistema del que esa persona forma parte.
Hay quienes afirman que la soledad afecta más a mujeres que a hombres, más en un determinado momento de la vida que otro. Y también, en la propia experiencia que voy teniendo con el tema, veo que si bien puede haber tendencias, no es privativo de uno u otro grupo, incluso no solo afecta a quien la sufre.
Así- aunque parezca lejano el tema cuando creemos que no nos “toca de cerca”, está inter influyendo en nuestra vida más de lo que imaginamos. Si con regularidad sales y ves personas alejadas del todo, si sueles oír, sentir testimonios de personas que se sienten presas de la soledad, todo ello influye en ti porque hay mensajes subliminales del contexto en que vives, que cada uno lo puede traducir de formas diferentes, incluso para pensar y repensar el presente y futuro. Y créame que este proceso también afecta tu bioquímica.
Cuando no haces nada ni aparentemente te inmutas antes lo que ves, oyes sientes o sienten otros, de alguna manera te estás enviando un mensaje hacia ti mismo de poco poder.
Y volviendo a la soledad sentida y no elegida, la lectura esencial es volver al todo. Perteneces y tienes derecho a ello. Ese todo puede ser la familia, el equipo de trabajo, los amigos… la comunidad, el país, la naturaleza… Crea nuevos sentidos de pertenencia y nuevos vínculos. No estás solo. Objetivamente, lo difícil en este mundo interconectado y hasta ruidoso, es encontrar esos momentos de total soledad.
El entrenamiento y reto está en aprender a relacionarse y formar parte. Y desde ahí elegir momentos para estar consigo mismo, para autodescubrirse, reflexionar, meditar, motivarse, encontrarse, crear, tomar mejores decisiones (soledad elegida), elegida para crear para el todo e integrarse a él.
“Ni es ave todo lo que vuela ni está solo el que espera”- decía un poeta coterráneo. Y entiendo la idea de la Madre Teresa de salir, hacer algo, permitir- desde donde estamos para que las personas que sufren de la soledad, encuentren opciones de pertenencia y de ser.
¿Qué crees que podría facilitar el paso de una soledad en la que te sientes, sin fuerza, sin poder, a una soledad elegida y enriquecedora? Cuenta de tu experiencia al respecto.
Un saludo,
Rosalia Peña Sarmiento