Hola,
Hoy te voy a hablar de las relaciones en el trabajo, un tema sobre el cual me preguntan directa o indirectamente en mis cursos . A menudo, indago entre mis alumnos y conocidos cuál son según su criterio las claves de unas excelentes relaciones laborales. Las respuestas son variadas como la amplitud del tema, pero hoy quiero compartirte un aspecto importante que subyace no solo en las relaciones en el trabajo, sino también en las relaciones humanas en general, y en el cual quizás no hayas pensado aún, incluso puede que no compartas en este momento.
Estimulada por este » Día del amor y la amistad», que cada uno lo entiende y celebra a su manera escribo estas líneas con el ánimo de que puedan resultar útiles en tu vida privada y en la empresa. Se trata de la «Capacidad de amar«, sí porque es posible desarrollarla cono otras capacidades. Y tal vez te estés preguntando, ¿ Y qué tiene que ver esto con las relaciones en el trabajo? Quizás te estés respondiendo, mucho, poco o nada. Y en cualquier caso, te entiendo.
Por un lado, cuando tenemos relaciones amorosas estupendas, equilibradas, de confianza y respeto, se abren nuestros procesos creativos porque fluye nuestro ser de una manera vital y enérgica y ello tiene un impacto en nuestra creatividad profesional. Por otro lado, también te entiendo, si piensas que nada tiene que ver la capacidad de amar con las relaciones laborales, en tanto que, por mucho tiempo amor, capacidad de amar se ha visto restringido a ámbitos como el filial o de pareja. De modo, que cuando a alguien se le pregunta por el amor, incluso por la capacidad de amar, lo primero que puede aflorar en su mente es efectivamente, personas o imágines de este ámbito más privado.
Y es que la mayor parte de la literatura científica o de ficción al respecto, se ha centrado más en este contexto más íntimo. Sin embargo, ¿ Crees que algún proyecto profesional ( personal, colectivo, organizacional) podría tener éxito sin partir de alguna expresión del amor? ¿Cómo entonces, justificar la cantidad de horas que le dedicamos al trabajo, a la investigación, a la atención de los clientes, a buscar respuestas y soluciones, a crear nuevos proyectos…Bueno, visto así- me decía el otro día un ejecutivo.
¿ Y qué pasa, entonces, con nuestras relaciones en el trabajo? ¿ Acaso también no pueden estar fundamentadas y expresadas por nuestra capacidad de amar? ¿ Qué variable real lo está impidiendo?
Tal como afirma Erich Fromm en » El arte de amar«- cuya lectura recomiendo, la mayoría de la gente supone que el amor está constituido por el objeto, no por la facultad. Y explica que el amor no es esencialmente una relación con una persona específica; es una actitud, una orientación del carácter que determina el tipo de relación de una persona con el mundo como totalidad, no con un «objeto» amoroso.
Y me gusta ese prisma de verlo como actitud y facultad (capacidad) y también como necesidad de relación. Cuando leemos los libros de Boris Cyrulnik o los tratados de neurociencia, nos damos cuenta de la importancia del amor para nuestro desarrollo integral. Por ejemplo, Cyrulnik comenta acerca de niños con atrofia cerebral como resultado de ser abandonados y carecer de afecto, sobre todo en los primeros años de vida, cuya plasticidad cerebral es mayor. Y lo más reconfortante es que cambiando el entorno de relación por uno más facilitador puede invertirse el resultado. La propia vida de Boris es un ejemplo de autosuperación en ese sentido.
Esto hace pensar en la importancia del contexto cultural y el entorno para nuestro desarrollo más integral y el establecimiento de unas relaciones más eficaces. Y las relaciones laborales no escapan de este influjo. En su artículo: » El amor en la empresa», Antonio Argandoña, no solo presenta en qué estructuras organizacionales tienen mayor cabida el desarrollo de esta capacidad de amar, sino también y yendo a un plano más racional afirma : el ejercicio del amor no es solo cuestión de benevolencia, de emociones y sentimientos, sino que incorpora contenidos y motivos racionales… considerando el beneficio mutuo para la relación futura, porque lo necesita la otra persona y la empresa. Y ello facilita la toma de decisiones, sirve para evaluar las acciones, lo que hay que hacer, por encima de preferencias o apetencias.
Y claro está esta capacidad de amar es parte del proceso de desarrollo y crecimiento personal, que visto desde donde lo estamos enfocando hoy, tiene un impacto nos solo en las relaciones de trabajo, sino también en el bienestar físico emocional de las personas, en los resultados de los colectivos y las organizaciones.
Como afirmaba E. Fromm, La capacidad de amar exige un estado de intensidad, de estar despierto, de acrecentada vitalidad, que sólo puede ser el resultado de una orientación productiva y activa en muchas otras esferas de la vida.
Por dónde empezar. Depende de cuál es tu situación particular actual. Mario Alonso Puig en una de sus entrevistas nos comenta estos puntos que pueden servirte de guia.
1. El ser humano necesita soñar.
2. Potenciar muchísimo la comunicación, no sólo como trasvase de información sino como una forma de compartir sueños.
3. Es fundamental el humor.
4. Es importante el ejercicio físico que, como se ha demostrado, mejora la neurogénesis.
5. Estar mucho más en contacto con la naturaleza y no ser un rey Sol, como si todo girase en alrededor de uno.
6. Ocuparse de lo cercano, hay que ver cómo se puede llegar a alguien para que su experiencia en la vida sea un poco más hermosa: ver cómo se le puede quitar un poco de sufrimiento y añadir algo de alegría. No somos conscientes del poder que tiene una sonrisa cuando una persona se siente sola y aislada.
Y en general un estado de Presencia que permita ver al otro como parte de un todo al que pertenecemos. Tenemos capacidad para influir y crear circunstancias, para llevar las relaciones laborales aun grado de excelencia que resulte también de nuestra capacidad de amar y nuestro desarrollo más integral. Por no hacer más extensa esta entrada en el próximo post te estaré hablando de por qué nos apartamos muchas veces de la matriz del amor y qué efecto tiene.
¿ Hacia donde vas a expandir tu capacidad de amar hoy? ¿ Qué personas o estructuras pueden beneficiarse de tu acción de amor? ¿ ¿Acaso tus relaciones en el trabajo están ahí? Deja un comentario ahora mismo y vuelve aquí en otra oportunidad y cuéntanos que pasó después de hacer algo diferente.Mientras tanto te dejo escuchando este tema que inspira mis días, y estos versos.
Queda prohibido no buscar tu felicidad,
no vivir tu vida con una actitud positiva,
no pensar en que podemos ser mejores,
no sentir que sin ti, este mundo no sería igual.
Fragmento «Queda prohibido», Pablo Neruda.
Un saludo. ¡Sé feliz!
Rosalia Peña Sarmiento.
www.rednovasaludable.com