La motivación sí importa y más de lo que piensas.
Con frecuencia gusta ver vídeos, frases motivacionales, ideas , experiencias que estimulan hasta el esqueleto, de los que se aprende (también se estimula la dopamina) y disfrutamos con ello. Y tanto es así que en ocasiones se ha reducido la motivación a esta parte.
Y como aquella canción que decía que “hasta la belleza cansa“, reducido a esta parte , no es extraño que algunos piensan que se la ha sobrevalorado, y hasta rechacen el término; otros la desean y un poco menos se comprende realmente el tema.
En mi experiencia profesional y enfoque del tema he podido constatar su impacto en uno u otro sentido. La motivación sí importa y más de lo que podemos imaginar, si tomamos en cuenta no solo qué hacemos, sino también cómo lo hacemos y desde dónde.
A lo largo del tiempo he ido destilando modelos de abordaje de la motivación, aplicados al ámbito del trabajo y la enseñanza / aprendizaje.
La motivación laboral participa de los principios básicos de esta noción. Y al mismo tiempo, el cambiante contexto del trabajo nos llama a revisar este concepto, tanto más a estimularlo en la práctica de otra manera. Y no solo entendida como si estás de “subidón“ o de “bajón“ y su impacto en la tarea, que también.
Hay observaciones/ investigaciones muy curiosas que nos ofrecen datos que no es baladí el tema, siquiera en esa apreciación más emotiva del término.
Hay un estudio (citado por Richard Wiseman) en el que se le pidió a dos grupos de personas que sumasen una lista de números. Durante la tarea, a un grupo se le dijo que frunciese el ceño (en palabras de los investigadores que contrajeran el músculo superciliar), mientras que al otro se le pidió que esbozase una leve sonrisa. Este sencillo movimiento facial tuvo un efecto sorprendente cuando pidieron a los participantes que puntuaran la dificultad de la tarea: Los que fruncían el ceño estaban convencidos de que se habían esforzado mucho más que los sonrientes.
En otro estudio citado por el mismo autor, los participantes tuvieron que concentrarse en una serie de productos que se movían por una gran pantalla de ordenador e indicar después si le parecían atractivos. Algunos artículos se movían verticalmente ( lo que obligaba a los participantes a asentir con la cabeza mientras observaban) , mientras que otros se movían horizontalmente (lo que suponía un movimiento de cabeza lateral ).
Los participantes preferían productos que se movían verticalmente, sin ser conscientes de que su movimientos de asentimiento y negación habían desempeñado un importante papel en las decisiones. ‘
Y esto tiene una explicación que ahora mismo no voy a tratar , pero te invito a prestar atención.
En la motivación por la tarea influyen aspectos disimiles, a veces menos conscientes y que tanto profesionales como las organizaciones de las que son parte animo desde aquí, a tomar en cuenta.
Y me refiero a otros puntos, que también están referenciado por investigaciones. Esos motivos que cada uno vive y organiza de un cierto modo, incluso que las organizaciones estimulan más o menos conscientes.
Ejercitarnos en ello, incluso tener un plan deliberado para sostener el trabajo , la visión profesional a lo largo del tiempo, debería ser una tarea prioritaria en un contexto VUCA del trabajo y si queremos mantenernos operativos laboralmente a lo largo del tiempo, incluso si queremos tener una vida de calidad y saludable.
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